¿Realmente sabes cuánto tiempo te queda?
Un ejercicio de "The 5 Types of Wealth" que cambió mi perspectiva.
Hola!
Últimamente he estado leyendo un libro llamado "The 5 Types of Wealth" de Sahil Bloom que me ha hecho pensar mucho, y quería compartir una de las ideas que más me impactó. Todos decimos que el tiempo es valioso, pero creo que no lo interiorizamos de verdad hasta que algo nos obliga a verlo de frente.
Mientras leía, llegué a una sección sobre la "Riqueza del Tiempo" que proponía un ejercicio, y la verdad es que el resultado es revelador. Se los cuento para que lo hagan si se animan.
La idea es simple y un poco cruda. El autor lo llama un "reinicio forzoso" para tomar conciencia del tiempo, y el libro te invita a hacerlo así:
Primero, piensa en un amigo o familiar que quieras mucho pero que, por la razón que sea, no ves tan seguido como te gustaría.
Ahora, calcula aproximadamente cuántas veces al año ves a esa persona y anota el número.
Después, anota tu edad y la de esa persona. Toma la edad de la persona mayor y réstale 80 (el libro lo usa como una expectativa de vida promedio) para obtener los años que, aproximadamente, les quedan juntos.
Finalmente, haz la matemática: multiplica el número de veces que se ven al año por los años que les quedan.
Ese resultado es el número aproximado de veces que volverás a ver a esa persona.
Por ejemplo, el libro menciona que si tus padres tienen 60 años y los visitas una vez al año, puede que solo los veas 20 veces más en tu vida. Cuando uno ve el tiempo reducido a una cifra tan concreta, la perspectiva cambia por completo. Se cree que se tiene todo el tiempo del mundo, pero la realidad puede ser muy distinta.
Este ejercicio no busca ser pesimista, sino todo lo contrario. Su objetivo es hacernos darnos cuenta de que el tiempo es verdaderamente nuestro activo más preciado. Nos hace pensar en la importancia de estar presente y en cómo, a veces, nos perdemos en la rutina diaria pensando que siempre habrá un "después".
Desde que leí sobre esta idea, he tratado de ser más consciente de cómo invierto mi tiempo y con quién. No se trata de vivir con miedo, sino de valorar cada momento, porque como dice el autor, el tiempo con la familia es finito y hay que atesorarlo.
Quería compartirlo con ustedes, mis amigos, porque fue una de esas cosas que, aunque sencillas, te cambian el chip. A veces necesitamos estas sacudidas para recordar lo que de verdad importa.